Me licencié en Ciencias de la Comunicación-Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, pensando que me forraría escribiendo lo que me diera la gana en la contraportada de algún periodicucho, léase El País o El Mundo, por ejemplo. Luego me di cuenta de que la cosa no sería tan fácil… en todo caso, por aquel entonces, y mucho antes, ya me sabía de memoria las fichas técnicas del mercado entero, los neumáticos que calzaba cada coche, y hasta reconocía los automóviles –cuando sonaban cada uno a su manera- de espaldas.
Creo que por aquel entonces empezaron a llevarme al médico. Así que para desintoxicarme hice un master en comunicación científica y tecnológica por la universidad Carlos III de Madrid, llegado a la crisis de los treinta e inspirado por mi ídolo Carl Sagan.
En Barcelona desarrollé toda mi carrera íntegramente en el ámbito de la comunicación, tocando todos los ámbitos posibles: como jefe de prensa, redactor y colaborador de varias publicaciones y locutor y presentador de informativos en radio y televisión. Con esos trabajos tuve la suerte de recorrerme primero España, y luego Europa, cuando todavía se viajaba en burro y… -vaaaale, no soy tan viejo-. Pero como lo mío eran los coches acabé donde quería: tuve la suerte de ser durante cinco años responsable de redacción y grandes cuentas de la editorial francesa ETAI en España, editora entre otras muchísimas publicaciones de la prestigiosa Revue Technique Automobile –Revista Técnica del Automóvil-, revista del motor con más de 65 años de historia ininterrumpida a sus espaldas. Creo que ni el gloriosísimo Arturo de Andrés había nacido todavía cuando se publicó el primer número. Y siguen.
En paralelo (2004) me desplazo a Madrid y creo “Autodrome”, productora audiovisual especializada en contenidos del motor, en la que desarrollo diversos proyectos para televisión y publicidad. Creo “Asfalto TV”, el primer intento de hacer un programa de TV del motor serio en España, tras “La segunda oportunidad”, que murió cuando yo estaba naciendo.
Hacer un “Top Gear” a la española con el presupuesto de un vídeo de boda era la idea. Y ahí sigue . Tras un año como director de comunicación científica en una agencia –me lo pidió Carl Sagan-, creé en 2007 REDLAB, junto a mi casi inseparable, casi amigo y casi socio Macgregor, empresa especializada en nuevos sistemas de captación cinematográfica digital, donde doy servicio al mundo del cine, la televisión y la publicidad. Llevo ya 10 años dedicándome a escribir guiones, presentar vídeos, probar coches, vender calcetines, dirigir grabaciones y hasta el tráfico si me dejan. De vez en cuando, si me porto bien, me permiten hacer REC en la cámara.
Durante los últimos cuatro años he desarrollado mi carrera íntegramente en REDLAB, colaborando a la vez con diversos medios de comunicación, algunos de ellos del motor, que no citaré por mantener su prestigio intacto. Y ahora, si me lo permiten, daré rienda suelta a todo lo aprendido en el batiburrillo anterior desde estas páginas. Buenas noches y buena suerte.